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Incendios en el noroeste peninsular

El noroeste ibérico, principal foco de los incendios foretales en la Península

Javier Araújo Fernández-Miranda

Casi dos tercios de los incendios forestales en la Península Ibérica se producen en el noroeste, especialmente en Galicia, y más del 90% son causados directamente por el ser humano, ya sea por negligencia o de manera intencionada.

Mientras tanto, en Carolina del Norte…

Alergias y cambio climático

Últimamente está aumentando la preocupación por los incendios forestales, debido a la creciente atención que recibe el cuidado del medio ambiente en los medios. Es lógico pensar que el fuego potencia el calentamiento global al destruir los bosques, dado que las plantas absorben gases de efecto invernadero, mientras que las llamas los emiten.

Greenpeace estima que la masa total de estas emisiones corresponde a la cuarta parte de la que provoca el uso de combustibles fósiles, es decir, una masa considerable. Aunque se encuentran bastantes dificultades a la hora de medir esa magnitud porque algunos de los países con más incendios -Brasil, Rusia, Indonesia y diversas regiones de África central- no cuentan con recursos muy fiables para realizar esas medidas. Con todo, los incendios también causan otros daños sobre los propietarios de las zonas calcinadas, los animales que las habitan, víctimas humanas mortales, el coste económico que supone apagarlos…

Las consecuencias de los incendios son fáciles de entender. Sin embargo, las causas y, sobre todo, su prevención, son más complicadas. Primero hay que entender que, en un país como España, hay miles de incendios al año, pero más de la mitad de ellos suelen extinguirse antes de propagarse lo más mínimo. Así pues, el problema no es la cantidad de incendios, sino la extrema virulencia de unos pocos, los llamados incendios de sexta generación, que son los que calcinan el grueso de las hectáreas afectadas al año.

National Geographic apunta a tres factores principales que influyen en la propagación de estos macro incendios: las igniciones, la proximidad y abundancia de los bosques y la sequía. Pero, de estos tres, sólo las igniciones son el verdadero factor causante, los otros dos son factores agravantes, que pueden convertir un incendio modesto en uno catastrófico, si ambos sobrepasan cierto umbral de peligro.

Debido a la complejidad de las causas, nos encontramos con que la zona de mayor riesgo de incendios en la Península Ibérica es el noroeste, que comprende las regiones costeras desde San Sebastián hasta Lisboa, así como Zamora, León y Orense. Casi dos tercios de los incendios se producen en esta región y, solo en Galicia, un tercio del total, unos 6.000 siniestros anuales. En Portugal, en torno al 90% ocurren al norte de Lisboa.

Estas cifras llaman la atención porque se trata justo de las zonas más frías y húmedas. Parece contradictorio, pero precisamente por ese clima húmedo, el noroeste es una región con muchos bosques, es decir, es una región muy inflamable. Es curioso que los dos factores agravantes que señala National Geographic actúen como vasos comunicantes. Cuanto más seca es una región, menos bosque tiene. En este caso, da la sensación de que el factor más relevante es la continuidad de la flora, es decir, la abundancia de bosques. Descartar el factor de la sequía implicaría una menor influencia del cambio climático, fenómeno relacionado con el aumento de la sequía, en la propagación de los incendios.

Sin embargo, según National Geographic tienen que darse los dos factores a la vez para generar macro incendios. Es ahí cuando entran en juego las olas de calor. Si nos fijamos en los dos peores años de la década pasada en cuanto a incendios, es decir, en 2012 y 2017, nos damos cuenta de que hubo olas de calor cuando se dieron los fuegos de mayor virulencia. Así que el cambio climático sí tiene un papel relevante, a fin de cuentas.

No obstante, lo que hace más peculiar a esta región no son los factores agravantes sino el causante de los incendios, las ya mencionadas igniciones. Según el Ministerio de Agricultura y Pesca, el 96% de los incendios son provocados por el ser humano, ya sea por negligencia o de manera intencionada.

A una persona de ciudad le puede parecer una locura que haya incendios intencionados, pero la realidad es que hay muchos y, concretamente, en el noroeste peninsular suponen el 70%, el 80% si nos limitamos a Galicia. Una parte muy pequeña de esta porción viene de la mano de pirómanos, personas con un desorden psicológico que les provoca atracción hacia el fuego y sus efectos.

Otra parte, también modesta, procede de venganzas en disputas entre propietarios de terrenos. Pero la mayor parte corresponde a prácticas como la regeneración de pastos o la quema de rastrojos, la apertura de zonas para favorecer la caza o para ahuyentar a lobos y otras amenazas. Estas prácticas están especialmente arraigadas en el noroeste, pero se dan también en toda la península y en todo el mundo en general.

Esto se debe a que el uso controlado del fuego es, a priori, beneficioso para ayudar a que diversas especies de plantas germinen o desarrollen corazas naturales, como puede ser el corcho de los alcornoques. El problema es que ese uso está dejando de ser beneficioso porque, o bien se abusa de él, o bien se emplea de un modo que funcionaría en un clima como el de principios del siglo XX, pero no en un clima como el de ahora, más inestable.

En conclusión, los incendios suponen uno de los muchos factores potenciadores del efecto invernadero y, a su vez, son potenciados por éste, creando un círculo vicioso que puede empeorar si no se controla. Pero también cabe matizar que hay otros motivos, algunos más decisivos, a la hora de causar los incendios. Unos motivos que se dan de una manera particularmente pronunciada en el noroeste ibérico, convirtiéndola en la zona peninsular de mayor riesgo de incendios de sexta generación.

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El clima español está cambiando

El impacto del cambio climático en España

Natalia Morlán

Entre las consecuencias más notables por el cambio climático en España se encuentran la subida del nivel del mar, el aumento de las sequías, la  desertificación, o las olas de calor en verano y de frío en invierno.

Mientras tanto, en Carolina del Norte…

Una amenaza para la salud pública

Muchos de estos impactos ya son patentes y seguirán avanzando en el futuro, con un previsible aumento en la tasa de desertificación, el número de incendios e inundaciones, o la falta de recursos como el agua potable o suelo fértil para cosechas.

Una de las zonas más vulnerables ante la crisis climática en España es la cuenca del  Mediterráneo, una zona cero donde se notarán las sequías, la falta de agua dulce y la  subida del nivel del mar, con un aumento de la temperatura de sus aguas, generando un  impacto que golpeará a esta región de forma especialmente virulenta.

Desde el siglo XX, la temperatura de nuestro planeta ha aumentado más de 1º C, según  el análisis de temperatura que se realiza desde 1880 por científicos del Instituto Goddard  de Estudios Espaciales de la NASA. El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas anunció la alerta roja  para nuestro planeta y, por tanto, para la humanidad. Los datos del año 2020 indicaban que fue  el año más cálido en la península Ibérica desde que hay registros, seguido  por agosto de 2017. Las cuencas hidrográficas del noroeste peninsular rozan  frecuentemente valores alarmantes nunca antes vistos (menos del 40 % de su capacidad)  y aquellas que suelen sufrir un estrés hídrico acusado, como la cuenca del Júcar o la del  río Segura, en ocasiones rondan el 10 % de su capacidad.

Otro de los efectos más preocupantes que sufriría España a causa del cambio climático es  la posibilidad de que el nivel global del mar suba tres metros de aquí al año 2100.  Si el nivel del mar sube tres metros, una gran parte de Barcelona, Málaga, A Coruña o  Santander se verían inundadas, Doñana se perdería, al igual que la mayoría de las Rías  Baixas, y el delta del Ebro desaparecería.

Por otro lado, el 75 % del suelo español está en proceso de desertización y se prevé que  un 20 % de lo que hoy está a salvo se vería en riesgo dentro de 50 años. Andalucía,  Extremadura, Castilla La Mancha y prácticamente todo el Levante ya presentan una gran  proporción de suelo que podría  degradarse, y esto afectaría negativamente a  las actividades agropecuarias y a los ecosistemas. La pérdida de suelo fértil aumentaría  la vulnerabilidad de todas las especies, incluida la humana. Se crearía una gran crisis de la  agricultura tradicional que desplazaríaa más personas  a las ciudades, elevándose los  niveles de contaminación de estas áreas y motivando que el cambio climático siga retroalimentándose.

Además de la subida de las temperaturas y el incremento de los fenómenos  meteorológicos extremos, se han analizado 72 peligros, entre los que se encuentran los  recursos hídricos, las costas, la salud, el turismo, la agricultura y la ganadería, la energía y  el transporte. Estiman que 35 de esos riesgos deben considerarse urgentes, por ejemplo,  el peligro de disminución de los caudales de los ríos y la reducción de la disponibilidad  de agua dulce, debido a las sequías. Y, relacionado con ese impacto, el riesgo de  reducción en la producción de energía hidroeléctrica debido a los cambios de  precipitación y temperatura.

La consecuencia más directa del cambio climático para el ser humano se produce  en el ámbito de la  salud, ya que se prevé un  aumento de enfermedadesque pueden dar el salto  desde el mundo animal a los seres humanos. También habrá un incremento de enfermedades  transmitidas por mosquitos, como por ejemplo el dengue, la fiebre amarilla, la fiebre del  Nilo y la fiebre del Zica. Además, se apunta a la necesidad de que se tomen medidas  para contrarrestar los daños relacionados con el estrés por calor (aumento de la  mortalidad y la morbilidad.

Acciones individuales para limitar los efectos

Todos estamos de acuerdo en que hay que actuar rápidamente y que hay que poner en  marcha medidas de adaptación, por lo que en la Conferencia de las Partes (COP21) de  diciembre del 2015, 195 países aprobaron diversos objetivos para reducir los gases de efecto invernadero y mitigar y adaptar los efectos del calentamiento global.

El Acuerdo de  París tiene por objeto evitar un calentamiento global de más de 2° C por encima de los  niveles preindustriales y continuar los esfuerzos para limitarlo a 1,5° C. Los ciudadanos  españoles deben adaptar sus actividades y estilos de vida para limitar su impacto en el  clima, reduciendo las emisiones de carbono. ambién hay consecuencias que  pueden reducirse si todos aportamos nuestro granito de arena de manera sencilla, por  ejemplo, usando medios de transporte sostenibles, teniendo una dieta más sana y  variada, escogiendo una compañía eléctrica verde y optimizar nuestro consumo de  energía.

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El quebrantahuesos, una leyenda en peligro

El quebrantahuesos, una leyenda con los días contados

Gabriela Paños Castro

En la edad media en Europa, el quebrantahuesos simbolizaba la muerte, la regeneración y el sufrimiento. En la actualidad, sin embargo, las poblaciones de esta legendaria ave se hallan diezmadas debido a la caza, la deforestación y el cambio climático.

Mientras tanto, en Carolina del Norte…

LA MIGRACIÓN DE LOS BUITRES PAVO

Durante la Alta Edad Media en Europa, se conocía al quebrantahuesos como al grifo o el fénix legendario, por sus curiosos ojos rojos y su plumaje naranja, que creían un signo de regeneración física y espiritual. Se le consideraba un ave agorera de la muerte y del sufrimiento, como el cuervo y el buitre.

En la actualidad, ya no la consideramos un ave asesina, pues desde hace varias décadas, su población, al igual que muchas otras especies de vertebrados, ha ido decreciendo a causa de la caza, la deforestación y el cambio climático. Ahora nosotros somos un peligro para ellas y no al revés. Del catálogo de vertebrados de Navarra, podemos distinguir 16 especies en peligro de extinción. Entre ellas, las aves más relevantes son la avutarda, la perdiz nival, el avetoro y el quebrantahuesos.

En el caso del quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), en Navarra contamos ya con planes de recuperación de la especie en la comunidad autónoma, ya que se trata de una especie que, debido a sus particularidades y recientes condiciones de vida, ha visto mermado su número hasta una peligrosa cifra.

El quebrantahuesos, también llamado buitre barbado, es un ave rapaz hermosa y de gran envergadura, de la familia de los buitres. Pero, a diferencia de lo que la mayoría de personas piensa, su apariencia es la más singular de entre sus congéneres. Pese a compartir con sus hermanos la particularidad básica de su dieta: la necrofagia. Es decir, que se alimenta de cadáveres de animales; los quebrantahuesos son casi exclusivamente osteófagos se alimentan de los huesos de los animales que cazan. Pero, esta ave no se come solo el tuétano, como tendemos a pensar, sino que se alimenta del hueso entero y de los tendones. Y si estos son demasiado grandes para ingerir, los lanza desde las alturas para que se partan en trozos más pequeños. De ahí su nombre.

En comparación con los otros buitres, el Gypaetus Barbatus, tiene una figura inconfundible: las alas estrechas, una cola larga y la cabeza repleta de plumas pardas o negras, dependiendo de su edad. Tiene una envergadura de entre los 275 cms y los 300 cms, y suele pesar entre 4’5 y 7 kgs. Las crías y especímenes jóvenes poseen una cabeza de plumas negras que va aclarándose conforme crecen. Allí donde los buitres comunes tienen la cabeza desnuda para poder comer directamente de los cadáveres de animales y no infectarse las plumas con esa suciedad, los quebrantahuesos las tienen, ya que no entran nunca en contacto con la carne muerta.

El quebrantahuesos es un ave de gran longevidad, pudiendo alcanzar con facilidad los 10 ó 12 años en perfectas condiciones. Durante todas las etapas de su vida su cuerpo sufre cambios reseñables como el paso de color marrón del iris a un blanco lechoso, o el de su plumaje moteado en tonos grises y marrones a un vientre y cuello naranjas.

Estas aves no presentan dimorfismo sexual, a diferencia de la mayoría de las especies de aves que existen, lo que los hace difíciles de distinguir. Además, al ser tan longevas, solo copulan una vez al año, presentan un ciclo reproductor dilatado en el tiempo respecto a otras especies aladas y suelen poner solo uno o dos huevos. Desde la puesta de huevos hasta que los polluelos abandonan el nido transcurren unos 120 días. Los nidos suelen estar compuestos por dos o tres adultos, generalmente dos machos y una hembra; lo que se conoce como unidades de crianza poliándrica.

Al dar a luz a tan pocas crías por núcleo familiar, no es raro que la especie haya perdido densidad, sobre todo en la zona del Pirineo, que nos ocupa. Pero esa no es la única razón por la que el quebrantahuesos es una especie en peligro de extinción en Europa. La principal causa de mortalidad en esta especie se debe al uso ilegal de cebos envenenados, que comprometen gravemente su crecimiento y colonización de nuevas áreas. Otra de las causas de muerte no natural entre los quebrantahuesos son los accidentes con líneas eléctricas en zonas montañosas que frecuentan o la construcción de infraestructuras que rompen con el hábitat natural de muchas especies.

Sin embargo, es de celebrar el hecho de que, en la temporada de 2019-2020, la Comunidad Foral de Navarra ha batido un récord de productividad en la cría y protección de quebrantahuesos desde que se tienen registros (1980). Gracias al Plan de Recuperación del Quebrantahuesos en Navarra, se ha conseguido que siete de los nueve territorios estén ocupados con éxito por esta especie, con puesta de cuatro pollos donde antes su presencia era nula. Esto es un gran logro, pues se ha conseguido incrementar el número de quebrantahuesos en un 64% desde 1984; llegando ahora hasta los 1000 individuos aproximadamente. De estos, un 34% son individuos reproductores, pero la cifra va aumentando cada año.

Gracias a la labor del Gobierno de la Comunidad Foral de Navarra, hemos logrado devolver la esperanza de vivir a una especie que peligraba hasta hace solo 5 ó 6 años, pero el trabajo no ha terminado. Y desde luego aún hay muchas especies, no solo de aves, que se han visto y se verán afectadas en los próximos años, por la actividad humana, la subida de las temperaturas y la caza deportiva, entre otras causas. Afortunadamente, estas especies están ahora protegidas en su mayoría.

 

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El futuro de la agricultura

La agricultura del futuro: utopía o distopía

David López

Innovaciones como la agricultura vertical o la hidroponía han llegado en las últimas décadas al campo de la agricultura, facilitando generosos avances en el ahorro de recursos hídricos y el aumento de la productividad. Pero, ¿cuáles son las motivaciones éticas que mueven a productores y consumidores?

Mientras tanto, en Carolina del Norte…

Agricultura y cambio climático

El transhumanismo como corriente cultural e intelectual se ha preocupado de dibujar un mapa bastante elocuente para el destino de la humanidad. Proyecciones como estas pueblan el paradigma cultural de nuestro tiempo. Las imágenes que componen los objetivos de esta corriente son por todos conocidas: Hordas de humanos cyborg con capacidades aumentadas gracias a sus implantes mecánicos, nanotecnología aplicada a la biomedicina que permita alcanzar nuevos horizontes en la cura de enfermedades y un largo etcétera. De hecho, todas estas miradas hacia el futuro tiene un número no despreciable de sombras en nuestro presente inmediato.

El artista Neil Harbisson es un ejemplo de esto último. Es el primer humano reconocido como persona cyborg por un estado. Harbisson es conocido por un llamativo implante craneal que le otorga habilidades de todo tipo: Puede percibir colores invisibles como infrarrojos o ultravioletas, tiene conexión a internet e incluso puede recibir llamadas. Ahora la actividad principal de Neil en la esfera pública es la divulgación y el activismo por los derechos de las personas cyborg que no dejan de aumentar en todo el mundo. Todo el movimiento generado por Harbisson abre una puerta para la utopía. Esta idea de una proyección a futuro no es más que la ideación de un destino deseable. Aún así, es pertinente hacer un viaje a una de las primeras acciones por las que es conocido este activista. En el año 2001 Neil Harbisson destacó por un acto en defensa de los plataneros de una plaza de su pueblo, Mataró. Gracias a la escalada y posterior asentamiento en los árboles evitó la tala de los mismos. Este ejemplo es ilustrativo por lo que se reivindicaba entonces y lo que se reivindica ahora. No quiere decir que Neil Harbisson haya dejado atrás su sensibilidad con el medio ambiente, sino que lo que más llama la atención de él es su activismo en otro campo. La atención mediática en ocasiones vira hacia estas proyecciones futuras y deja de lado cuestiones que nos deberían preocupar en el presente.

Todas estas utopías -que por momentos se vuelven reales- distraen al público y consiguen un efecto de opacamiento de las cuestiones urgentes. Los problemas medioambientales asociados al desarrollo de la actividad humana en el planeta son incontables. Hay multitud de objetivos a corto plazo que requieren de una intervención inmediata por parte de las naciones. Sin embargo, estas ingentes masas de población no van a cambiar su conducta de la noche a la mañana de forma espontánea. Es necesario, más que en cualquier momento previo, focalizar los objetivos que requieren mayor celeridad en la actuación de las personas y además requieren cambios estructurales en nuestra forma de vivir.

La distopía agrícola

En el contexto dibujado con anterioridad, es pertinente esbozar el futuro distópico al que nos vemos abocados si no tomamos decisiones inmediatas. Las estimaciones plantean que en el año 2050 habrá una población de 10.000 millones de personas en el planeta. Aún más preocupante resulta la estimación que hace FAO: “Los datos disponibles sugieren que dos tercios de la población mundial podrían estar viviendo en países con estrés hídrico para el año 2025 si continúan los patrones de consumo actuales.”  Todo esto apunta a un corto plazo en el que debería preocuparnos la gestión de los recursos hídricos y la optimización de los mismos. Según la FAO, la agricultura abarca alrededor del 70 % del agua extraída y hasta el 95% en países en vías de desarrollo. La urgencia que requiere solventar la crisis agrícola es de primer orden en nuestro futuro a corto plazo.

La esperanza de la agricultura vertical

Los grandes núcleos poblacionales son hoy los lugares donde más personas se concentran. Esta tendencia se sostendrá en los años venideros. Para 2030 el 60% de la población vivirá en ciudades. Si tenemos en cuenta esta previsión, el siguiente paso es cómo afrontar la alimentación de estas grandes masas de población humana concentradas. Una de las soluciones que se barajan es el desarrollo de la agricultura vertical, con plantaciones que se integren dentro de los núcleos urbanos. Esto ahorraría todos los costes de transporte entre el campo y las ciudades, reduciendo, entre otros, la huella de carbono asociada a todos los alimentos que tienen que ser transportados. Cada metro cuadrado de espacio de suelo dedicado a la agricultura vertical produce aproximadamente la misma cantidad de cultivos de hortalizas que 50 metros cuadrados de tierras agrícolas cultivadas al estilo tradicional. Los beneficios que reporta este tipo de cultivos son una esperanza para la sostenibilidad del sector agrícola.

Hidroponía: alternativa a la agricultura tradicional

Una de las formas en constante progreso de cultivo vertical es la hidroponía. Este modo de producción de vegetales en auge no utiliza suelo como la agricultura tradicional. Incorpora una solución mineral disuelta en agua que alimenta las plantas durante su crecimiento. Estos cultivos forman parte del proceso de producción de vegetales por parte de los humanos desde las civilizaciones antiguas. Los aztecas o los romanos, entre otras civilizaciones,  desarrollaron modos de cultivo por hidroponía de forma rudimentaria. Hay varios tipos de sistemas hidropónicos:

  • NFT: consiste en crear una película recirculante de solución nutritiva. No requiere de tiempos de medición ni de sustrato.
  • Raíz flotante: las plantas se encuentran en una lámina o balsa que flota sobre una solución nutritiva, de manera que sus raíces están sumergidas dentro de la solución nutritiva.
  • Aeroponía: técnica en la que las raíces se encuentran suspendidas en el aire y se nebulizan con solución nutritiva cada pocos minutos.
  • Flujo y reflujo:el contenedor que alberga a la planta drena la solución nutritiva que se incorpora de nuevo a la planta mediante un circuito.

Lana de roca

La lana de roca es un aislante no combustible, que se utiliza para proteger los edificios ante posibles incendios. Aunque su uso se suscriba al aislamiento de edificios de forma genérica, la implementación de este material al proceso de producción hidropónica supone un avance. La fábrica de la empresa Rockwool -establecida en Caparroso- produce este material que abastece, entre otras cosas, a productores de vegetales por hidroponía. Esta materia permite el uso de un 80% menos de tierra que los cultivos tradicionales, usan un 50% menos de agua, un 58% menos de fertilizantes e incrementa la productividad un 76%. La empresa ha contabilizado también el ahorro que su producto ha reportado en el año 2020, siendo este 109 000 litros de agua, 18.336 toneladas de fertilizantes y un aumento de 2.253 kt la productividad de las verduras.

Como podemos comprobar, la lana de roca es una de las propuestas incipientes en el mercado de la producción hidropónica que apunta a un futuro más sostenible.

Utopía o distopía

Todas las innovaciones en el campo de la agricultura han reportado generosos avances en el ahorro de recursos hídricos y en el aumento de la productividad. Todavía falta mucho por hacer. Pero no solo faltan objetivos por cumplir en el ámbito directo de los logros medioambientales en sí mismos. Queda por dirimir si el relato que conciencia a los productores y a los consumidores está orientado en la dirección correcta. La crítica inicial de este texto sobre el transhumanismo apela a una necesidad de separar lo accesorio de lo urgente. Mientras el avance tecnológico como relato se oriente hacía lo accesorio, el futuro de la vida humana a medio plazo se vuelve incierto. Las utopías son relatos que proyectan hacía el futuro las decisiones que estamos tomando hoy. No habrá humanos mecanizados en una tierra convertida en un erial en el que no se puede cultivar nada. Debemos centrar el relato. Debemos encauzar la utopía y evitar la distopía inminente a la que nos enfrentamos.

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¿Qué es la agricultura hidropónica?

¿Qué es la hidroponía?

Maddee Burt

El cultivo de plantas en interiores sobre agua con nutrientes puede ser una forma de hacer frente al calor y la sequía provocados por el cambio climático. Vídeo en inglés.

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Comunicación institucional sobre gases de efecto invernadero

¿Cómo se comunican los gases de invernadero en Carolina del Norte?

Jack Rhoden

Las emisiones de gases de efecto invernadero contribuyen en gran medida al cambio climático. Emitidos a la atmósfera, gases como el dióxido de carbono, el metano o el óxido nitroso, atrapan el calor del sol. Este proceso hace que la tierra se caliente, contribuyendo al cambio climático.

Este artículo ha sido traducido desde el inglés.

Los modelos científicos predicen que, en ausencia de reducciones sustanciales en la quema de combustibles fósiles, la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera se duplicará durante este siglo. Por ello, muchos países y localidades de todo el mundo, incluida Carolina del Norte, están aumentando la comunicación sobre los peligros que suponen las emisiones de gases de efecto invernadero.

De los 50 estados de EE.UU., Carolina del Norte ocupa el puesto 36 en cuanto a emisiones de dióxido de carbono, produciendo más de 12 toneladas métricas y media de dióxido de carbono per cápita, según un artículo del Atlas Mundial.

El Departamento de Calidad Ambiental de Carolina del Norte (NCDEQ por sus siglas en inglés) está intensificando la comunicación sobre los gases de efecto invernadero. El NCDEQ se centra principalmente en el dióxido de carbono, que representa el 82% de las emisiones de gases de efecto invernadero del estado. Asimismo, el dióxido de carbono constituye el 81% de todos los gases de efecto invernadero de la atmósfera terrestre.

La electricidad es la principal fuente de gases de efecto invernadero

En un estudio de las emisiones de gases de efecto invernadero de Carolina del Norte entre 2005 y 2017, el NCDEQ encontró que la electricidad representaba la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, con un 35 por ciento. Para aumentar el conocimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero de Carolina del Norte, el NCDEQ hizo públicos los resultados de este estudio en 2019.

Paula Hemmer, ingeniera principal de NCDEQ, afirmó que los analistas utilizaron los datos de este estudio para desarrollar un objetivo de reducción del 70 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono en el sector eléctrico para 2030.

“Eso se publicó en el Plan de Energía Limpia de la NCDEQ”, aseguró Hemmer. En octubre de 2021, el Plan de Energía Limpia (HB 951) fue promulgado por el gobernador Roy Cooper.

El plan tiene múltiples objetivos. Además de una reducción del 70% del dióxido de carbono, el Plan de Energía Limpia exige la neutralidad del carbono para 2050, lo que significa que no se liberará a la atmósfera ningún dióxido de carbono adicional en el estado. La asequibilidad de la energía a largo plazo y la aceleración del desarrollo y el despliegue de la energía limpia son otros objetivos clave.

La NCDEQ está comunicando al público las amenazas que suponen las emisiones adicionales de gases de efecto invernadero. “Cuando publicamos el inventario de gases de efecto invernadero en 2019, emitimos un comunicado de prensa, tuvimos un período de comentarios públicos y presentamos el inventario en varias reuniones del gobierno estatal”, dijo Hemmer.

Enlaces en directo en el sitio web de la NCDEQ

Para comunicarse con el público, la NCDEQ mantiene una sección de noticias en su sitio web donde el departamento publica artículos de noticias y ofrece enlaces en directo a las reuniones celebradas por el departamento y otras entidades gubernamentales. Las notas publicadas en el sitio web de la NCDEQ detallan las agendas discutidas durante esas reuniones.

La NCDEQ también ofrece la posibilidad de suscribirse a los comunicados de prensa del departamento. Los visitantes pueden elegir recibir los comunicados de prensa de todas las divisiones del departamento o sólo de divisiones específicas.

El NCDEQ también es activo en las redes sociales. En su cuenta oficial de Twitter, NCDEQ tuitea o retuitea información al menos una vez al día y a menudo varias veces al día a sus 9.000 seguidores. La NCDEQ también tiene una página de Facebook seguida por más de 8.400 personas. Las publicaciones aparecen casi todos los días y a menudo varias veces al día.

Además de la creación del Plan de Energía Limpia, el departamento ha puesto en marcha recientemente otras iniciativas cuyos detalles darán a conocer los funcionarios a principios de 2022.

Según Hemmer, aunque las acciones estatales pueden ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Carolina del Norte, el público también puede desempeñar un papel. “Comunicar para aumentar la conciencia pública y tener un compromiso personal para reducir su propia huella de carbono es igualmente importante que las acciones estatales”, dijo Hemmer.

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Cómo las ONGs tratan la deforestación en el Research Triangle

Redes sociales contra la deforestación

Lauren Ketwitz

La deforestación en Carolina del Norte ha aumentado en las últimas décadas. Grupos de interés público como The Nature Conservancy o Conserving Carolina están luchando contra esta situación, y para ello, necesitan entender la importancia de una presencia online, específicamente en las redes sociales.

Mientras tanto, en Navarra…

Deforestación y comunicación: claves

Este artículo ha sido traducido desde el inglés.

La expansión de la población urbana en el Research Triangle ha provocado la pérdida de más de 100.000 acres de tierra al año, según el Servicio Forestal de Carolina del Norte. En esta zona metropolitana, que incluye Raleigh, Durham y Chapel Hill, la demanda de viviendas y edificios comerciales supone una amenaza para los bosques regionales.

Desde 1977, la sección de The Nature Conservancy en Carolina del Norte lucha por las áreas protegidas y promueve la gestión forestal sostenible en el estado. En diciembre de 2017, The Conservancy se unió a Twitter, que cuenta con más de 38 millones de usuarios en Estados Unidos, según un artículo de Business of Apps. En Twitter, TNC trata de concienciar sobre la deforestación al tiempo que promueve la participación en sus programas.

En redes sociales, The Nature Conservancy de Carolina del Norte comparte enlaces a diversos medios de comunicación para sus más de 800 seguidores. Las publicaciones incluyen fotografías y vídeos impresionantes de bosques y paisajes, además de enlaces a artículos sobre cómo participar en la conservación.

Atrapando la atención brevemente

La duración media de la atención de un usuario en redes sociales es bastante corta. Según un artículo de Career Arc, una publicación dispone de dos segundos para captar la atención de la audiencia. Es por ello que el mensaje de la publicación debe captar la atención del usuario rápidamente y también presentar la información de una manera que sea fácil de digerir.

Conserving Carolina utiliza tácticas similares en su cuenta de Twitter. Mientras que el vídeo mencionado anteriormente se centra en los efectos negativos de la deforestación, tanto The Nature Conservancy de Carolina del Norte como Conserving Carolina publican a menudo sobre los éxitos de sus organizaciones.

Un artículo de investigación publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, descubría en 2019 que la gente reacciona más a las noticias negativas, pero que a menudo se subestima el poder de las noticias positivas. Publicar únicamente noticias sobre los efectos negativos de la deforestación podría insensibilizar a la audiencia ante estos impactos, de forma similar a como ya se ha insensibilizado a los estadounidenses ante las noticias recurrentes sobre los tiroteos en las escuelas, según un estudio de la Universidad de Stanford.

Para evitar la insensibilización de su público, estas dos organizaciones conservacionistas de Carolina del Norte dedican una parte importante de sus publicaciones en Twitter a fotos de lo que se está protegiendo, en lugar de lo que se está destruyendo.

Estas instituciones están encontrando formas de hacer que su contenido sea accesible a más personas. Mediante enlaces que invitan a los visitantes a hacer voluntariado, hacer donaciones o firmar propuestas políticas, las instituciones logran mantener la atención de sus seguidores.

Tanto las cuentas de Twitter de The Nature Conservancy de Carolina del Norte como las de Conserving Carolina publican constantemente enlaces que ofrecen al público oportunidades de participar en la conservación del medio ambiente y de informarse sobre esfuerzos específicos para protegerlo.

Esta estrategia acorta el proceso de participación. Los usuarios no tienen que buscar por sí mismos, sino que simplemente siguen un enlace que ya está en su feed. Cuando las oportunidades de activismo son más accesibles, aumentan las posibilidades de que un espectador interactúe con la publicación.

Comunicación para un futuro complicado

Actualmente, gran parte del Research Triangle en Carolina del Norte ya ha sustituido su cubierta de tierra natural por densas concentraciones de pavimento, edificios y otras superficies que absorben y retienen el calor. Un documento publicado por el Servicio Forestal de Carolina del Norte muestra cómo estas “islas urbanas” crean focos de calor intenso dentro de comunidades muy pobladas, aumentando así el consumo de energía y perpetuando la tendencia al calentamiento global.

La población de Carolina del Norte ronda los 10,5 millones de personas. Más de 2 millones viven en el Triángulo de Investigación desde 2015, según un artículo de Lawn Starter. Si el crecimiento de la población coincide con la tendencia estimada por el Servicio Forestal de Carolina del Norte para los próximos 10 años, el estado tendrá 12,4 millones de residentes.

Todas estas personas necesitarán lugares para vivir y trabajar. Como resultado, los límites de las ciudades se ampliarán y se acercarán unos a otros. Con el tiempo, el término “isla urbana” podría quedar obsoleto.

A medida que la cubierta forestal natural se reduce y la influencia de las redes sociales aumenta, organizaciones como The Nature Conservancy de Carolina del Norte y Conserving Carolina tendrán que adaptar sus métodos de información y educación del público para asegurarse de que sus mensajes no caigan en saco roto.

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¿Qué es la vinicultura sostenible?

Vinicultura sostenible en España

Gonzalo Araújo

La industria vitivinícola española es líder internacional en la producción de vino ecológico. Este enfoque agrícola da prioridad a los procedimientos biológicos y mecánicos para el cultivo de la vid y la producción de vino. El objetivo principal es proteger la fertilidad del suelo, la biodiversidad regional y los ecosistemas.

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Los retos del cambio climático para los agricultores

El gran reto del cambio climático para los agricultores de Carolina del Norte

Caroline Bowersox

Los efectos del cambio climático hacen especialmente difícil para los agricultores de Carolina del Norte proporcionar comida al resto del estado.

Este artículo ha sido traducido desde el inglés.

Una racha ocasional de calor o un exceso de lluvia pueden no ser más que una pequeña molestia para la mayoría de la gente pero, para los agricultores, los patrones climáticos impredecibles pueden destruir toda la cosecha de la temporada. Cada cultivo es un mundo aparte: algunas plantas no soportan las altas temperaturas, mientras que otras necesitan pasar una parte de su temporada de crecimiento en el frío para florecer adecuadamente. Sea como sea, el cambio climático afecta a la mayoría de las cosechas y, ante un clima cada vez más impredecible en el  sureste de los Estados Unidos, los agricultores ya no pueden depender del paso natural de las estaciones. En su lugar, tienen que recurrir a soluciones no convencionales.

Los desafíos causados por el cambio climático comienzan incluso de plantar las semillas, ya que los agricultores luchan por saber cuándo deben plantar su primera cosecha de la temporada.

“El sudeste puede recibir un golpe de calor muy fuerte a principios de la primavera. Las cosas florecerán y saldrán a flote, pero luego volverá el frío estéril”, explica Jen Brady, analista de datos de la organización sin fines de lucro Climate Central, con sede en Princeton, Nueva Jersey.

El “frío estéril” descrito por Brady marchita los cultivos de primavera que prosperan con temperaturas frescas o cálidas. “Básicamente, puede arruinar las cosechas si tienes un día temprano por debajo de los 32 grados Fahrenheit, o un día tardío por debajo de los 32”, dice Kaitlyn Weber, también analista de datos de Climate Central.

Los agricultores de Carolina del Norte se enfrentan a otros retos imprevisibles, como los intensos patrones de lluvia. El cambio climático puede provocar aguaceros que ahoguen los cultivos o también arrastrar los pesticidas y fertilizantes desde los campos hacia los ríos o lagos cercanos.

A medida que las temperaturas aumentan, también lo hace la tasa de evaporación. A medida que el mundo se calienta, se evapora más agua, lo que hace que la atmósfera contenga más vapor de agua. Eso implica una mayor humedad para las tormentas cuando se forma la lluvia. Este aumento de la humedad puede convertir lo que de otro modo habría sido una ligera llovizna en un aguacero torrencial. “Estamos viendo cómo aumentan los eventos severos, cómo las lluvias pasan de dos a tres pulgadas en cuestión de 24 horas”, indica Megan Martin, meteoróloga y diseñadora multimedia de Climate Central.

La industria vinícola de Carolina del Norte es una de las más afectadas por este aumento de las precipitaciones. “Si hay este periodo de precipitaciones extremas durante un día o unos días, entonces el ambiente se volverá muy húmedo, especialmente en el sureste”, explica Weber. Ese exceso de humedad puede provocar la formación de moho en los cultivos, siendo las uvas para vino especialmente sensibles.

En su día, el clima templado de las estribaciones de Carolina del Norte era perfecto para este tipo de cultivos, pero el aumento de las temperaturas y las condiciones meteorológicas cambiantes provocadas por el cambio climático pueden obligar a los viticultores a trasladar sus operaciones a otros lugares. “Gran parte de las explotaciones vinícolas más populares hoy día, se volverán muy calurosas con el paso del tiempo”, explica Weber. “Durante las últimas décadas, la gente ha estado comprando tierras más al norte, hasta British Columbia [provincia al oeste de Canadá], porque saben que en unas décadas esa será la zona principal para la agricultura”.

Los ingresos por agricultura ubican a Carolina del Norte entre los primeros diez estados del país. Sin embargo, el aumento de las temperaturas amenaza el liderazgo del estado en este terreno.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos divide las áreas geográficas del país según “zonas de rusticidad”. Estas zonas ayudan a los agricultores a determinar qué plantas crecen mejor en determinadas áreas. Las zonas siguen aproximadamente un patrón de norte a sur, siendo la Zona 1 la más al norte y la Zona 13 la más al sur.

En 1990, la mayor parte de Carolina del Norte se encontraba en la zona 7, con temperaturas mínimas medias de 0° F a 10° F. En 2015, la mayor parte del estado había pasado a la zona 8, con temperaturas mínimas medias de 10° F a 20° F. Esto significa que las condiciones en algunas partes de Carolina del Norte se han vuelto demasiado calurosas para ciertos cultivos. Los agricultores deben ir más al norte para encontrar las temperaturas que antes eran comunes en el estado.

Estos cambios suponen una gran amenaza para estados como Carolina del Norte, que dependen de la agricultura como parte importante de su economía.

“Dentro de 20 años, Dakota del Norte será el granero de Estados Unidos, porque tendrá el clima ideal para plantar nuestro maíz y cosas así”, explica Brady. “En ese momento podríamos incluso obtener todos nuestros principales productos agrícolas de Canadá”.

Industrias como la vinícola han tenido que adoptar prácticas de cultivo más sostenibles con el objetivo de reducir el uso de agua y energía. Otros agricultores han tenido que reinventar por completo sus métodos de cultivo.

Una técnica de cultivo innovadora es la agricultura hidropónica, en la que los agricultores cultivan en agua en lugar de en tierra, utilizando grandes contenedores protegidos del exterior. Al no recibir los nutrientes del suelo, los cultivos dependen de la inyección de agua con nutrientes en sus recipientes.

En esta técnica, los agricultores se olvidan de los inconvenientes que podrían suponer las altas temperaturas y las lluvias torrenciales. Esta práctica también puede lograr un mayor rendimiento.

El cambio climático ha llegado para quedarse, y parece que los agricultores deberán plantearse nuevas prácticas y cultivos  a medida que el mundo cambia.

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