Categories
Uncategorized

El cambio climático, una amenaza para la salud pública

El cambio climático, una amenaza para la salud pública

Emma-Blake Byrum

¿Has pensado alguna vez en el impacto de tu entorno en tu salud? Para algunos, esta pregunta no pasa desapercibida. Otros quizás solo piensen en esto en la temporada de gripe. Pero los cambios en el tiempo atmosférico pueden afectar más que a la gripe o al resfriado común.

Mientras tanto, en Navarra…

El clima en España está cambiando

Este artículo ha sido traducido desde el inglés

El cambio climático es uno de los principales responsables del aumento de la temperatura global. El uso de combustibles fósiles contribuye a aumentar el dióxido de carbono y metano en la atmósfera. Estos gases alimentan el efecto invernadero que el Consejo Nacional de Defensa de los Recursos describe como “el calentamiento natural de la tierra que se produce cuando los gases de la atmósfera atrapan el calor del sol que de otro modo escaparía al espacio”.

Con temperaturas más frías en invierno en el hemisferio norte, el sistema inmunitario del cuerpo tiene más dificultades para combatir infecciones víricas como los resfriados y la gripe.

El aumento de las temperaturas hace que los seres humanos sean más susceptibles a enfermedades relacionadas con el calor, como el agotamiento y la insolación. La exposición prolongada al calor puede provocar una deshidratación que inhibe la capacidad del cuerpo para mantener su temperatura normal mediante la transpiración. Un golpe de calor se produce cuando el cuerpo se sobrecalienta y es incapaz de enfriarse. La incapacidad de regular la temperatura interna del cuerpo daña los órganos y puede conducir a la muerte. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), en Estados Unidos se producen una media de 702 muertes relacionadas con el calor al año. Los CDC consideran que estas muertes “generalmente se pueden prevenir”. Desde 1980, las muertes relacionadas con el calor en el mundo han aumentado un 74%. Ese aumento está asociado a las tendencias del calentamiento global.

Las altas temperaturas también pueden suponer una amenaza para la salud por el exceso de precipitaciones. El aumento de la temperatura del aire provoca el calentamiento de los océanos y otras masas de agua. Los océanos más cálidos aumentan la cantidad de agua que se evapora, lo que da lugar a periodos más frecuentes e intensos de precipitaciones, ya sea en forma de lluvia o de nieve.

El aumento de las temperaturas provoca inundaciones

En Carolina del Norte, el exceso de lluvia provocado por las tormentas tropicales tiene su mayor impacto en la costa oriental y en los pueblos que rodean los humedales costeros del estado. Las inundaciones suponen una amenaza para el sector agrícola del estado, ya que destruyen los cultivos y, en algunos casos, arrasan las tierras de cultivo locales. Las aguas de las inundaciones también pueden contener un montón de basura y contaminantes que pueden amenazar la salud humana y animal.

Las lluvias excesivas pueden saturar los sistemas de drenaje y alcantarillado, lo que lleva a las plantas de tratamiento a verter residuos sin tratar. Además, los cortes de electricidad provocados por las inundaciones pueden inutilizar las instalaciones de tratamiento de aguas residuales.

El aumento de las lluvias y las temperaturas fomentan una mayor humedad, lo que provoca un empeoramiento de las alergias y problemas respiratorios como el asma.

“Las temperaturas más altas y la humedad pueden agravar la mala calidad del aire interior y provocar un exceso de humedad y moho en una casa. Estas condiciones pueden desencadenar enfermedades respiratorias, como el asma, y aumentar la susceptibilidad a las enfermedades relacionadas con el calor”, explica el Plan de Evaluación de Riesgos Climáticos y Resiliencia de Carolina del Norte.

El calor intenso provocado por el calentamiento global fomenta los incendios de matorrales, los incendios forestales más extensos y agresivos, y el aumento de la exposición a partículas contaminantes. Cuando se producen incendios, se liberan grandes cantidades de humo y otros contaminantes en el aire. Estas pequeñas partículas pueden entrar en los pulmones de las personas empeorando los problemas respiratorios y, en algunos casos, causando daños irreversibles.