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Política solar en Carolina del Norte

Contexto: las políticas de energía solar en Carolina del Norte

Liz Johnson

En el siglo XXI, Carolina del Norte se estableció como líder en energía solar en todo Estados Unidos. Varios programas gubernamentales han desempeñado un papel crucial en el cambiante panorama de las energías renovables en el estado.

Mientras tanto, en Navarra…

El ciclo de la energía solar

Este artículo ha sido traducido desde el inglés.

Matt Abele, director de marketing y comunicaciones de la Asociación de Energía Sostenible de Carolina del Norte, explica que los créditos fiscales estatales y federales en la década de 2010 facilitaron el crecimiento de este tipo de energía.

En 1999, el estado aprobó una bonificación fiscal del 35%. Por su parte, la bonificación federal aumentó al 30% en 2005. A partir de 2021, el crédito fiscal federal era del 25%, y se reducirá gradualmente en los próximos años. El crédito fiscal de Carolina del Norte expiró en 2017, pero entre 2005 y 2017, los residentes de Carolina del Norte pudieron optar a una devolución del 65 por ciento de los costes de instalación de paneles solares, lo que hizo que la energía solar fuera más accesible y popular en todo el estado.

Otra política influyente fue la Normativa de Energía Renovable y Eficiencia Energética (REPS), aprobada en el proyecto de ley 3 del Senado de Carolina del Norte en 2007. Esta inauguró un requisito de energía renovable para las empresas de servicios públicos y los municipios que promovió aún más el uso de la energía solar en Carolina del Norte.

Visión general de la política

“Yo diría que la pieza legislativa más importante y probablemente más decisiva aquí en Carolina del Norte fue la Ley del Senado 3”, explica Abele. “Exigía a los inversores en servicios públicos, como Duke Energy, y a los municipios eléctricos de todo el estado que utilizaran un determinado porcentaje de energía renovable dentro de su mezcla energética”.

En 2017, Carolina del Norte era el segundo estado del país en mejora de energía solar. Desde entonces, el estado ha descendido al cuarto lugar de la nación, según los datos recogidos por la Asociación de Industrias de la Energía Solar.

Aprobado en 2017, el proyecto de ley 589 de la Cámara de Carolina del Norte (HB 589) incluía una amplia gama de programas destinados a impulsar el crecimiento de la industria solar; algunos de estos programas han tenido más éxito que otros.

A partir de ese año, la tasa de instalaciones solares en servicios públicos en Carolina del Norte disminuyó. Sin embargo, el número de instalaciones residenciales aumentó de manera constante hasta 2020, en gran parte debido al Programa de Reembolso Solar establecido por el HB 589.

Según la Asociación de Energía Sostenible de Carolina del Norte (North Carolina Sustainable Energy Association), la cantidad de energía solar residencial en el área de la Universidad de Duke en Carolina del Norte se triplicó con creces entre 2017 y 2020.

Certificación solar

A medida que la demanda de paneles solares en Carolina del Norte crece, más ciudades y municipios están actualizando sus reglamentos de zonificación y desarrollo para fomentar la instalación de paneles solares.

SolSmart es una organización nacional financiada por el Departamento de Energía de EE.UU. que certifica a las ciudades, comunidades y organizaciones para la aplicación de normas óptimas de zonificación, permisos, construcción y desarrollo. Esta certificación tiene como objetivo eliminar los costes blandos de la energía solar, que incluyen los costes creados por los complejos requisitos de permisos. Las normas de zonificación que exige el proceso de designación actualmente pueden agilizar el proceso e indicar a nuevos promotores que la ciudad es favorable a la energía solar.

SolSmart se asocia con organizaciones locales que actúan como asesores, apoyando a las ciudades mientras actualizan sus políticas y solicitan la certificación. Una de estas instituciones es el Centro de Tecnología de Energía Limpia de Carolina del Norte.
David Sarkisian, analista principal de políticas del Centro, explica que las ciudades no están obligadas a asociarse con un asesor, pero hacerlo puede ayudar a agilizar el proceso de solicitud.

“Realizamos evaluaciones modelo para que las ciudades averigüen en qué punto se encuentran respecto a los requisitos de SolSmart antes de que empiecen a cambiar nada”, explica Sarkisian. “También les asesoramos sobre posibles cambios en sus códigos de zonificación, y a veces impartimos formación al personal de la ciudad”.

Al menos 10 condados y ciudades de Carolina del Norte ya han recibido la designación SolSmart, según el sitio web de la organización.

Mirando al futuro

La legislación más reciente relacionada con la energía en Carolina del Norte es el proyecto de ley 951 de la Cámara de Representantes, que se aprobó en octubre de 2021 y del que se esperaba que tuviera importantes repercusiones en el panorama de las energías renovables en Carolina del Norte.

Marshall Conrad, director de relaciones gubernamentales de Strata Clean Energy, antes conocida como Strata Solar, explica que es demasiado pronto para saber cuáles serán los efectos exactos del proyecto de ley, pero que tiene el potencial de aumentar el número de instalaciones solares de servicios públicos en el estado.

“El proyecto de ley está muy abierto y deja a discreción a la Comisión de Servicios Públicos [de Carolina del Norte] para decidir cómo avanzar”, explica Conrad. “Esto es tanto positivo como negativo, hasta cierto punto”.

El proyecto ha recibido  críticas por parte de varios grupos ecologistas, como el Southern Environmental Law Center y el Environmental Defense Fund. Una de las principales preocupaciones, según un artículo de octubre de 2021 de la Alianza del Sur para la Energía Limpia, es que, aunque el proyecto de ley establece importantes objetivos en relación con la reducción del carbono y la minimización de los costes de consumo, el texto no parece lo suficientemente vinculante.

“Gran parte de la responsabilidad recae en la Comisión de Servicios Públicos, que deberá determinar los próximos pasos para su aplicación”, explica Abele. “Habrá que ver cómo va a afectar a la industria”.